
Comandante. Hoy, como en otros días, yo vengo aquí para abrir este espacio, con todo lo que yo siento por ti.
El afecto y admiración por todo lo que pensaba bueno para el mundo, sus valores, sus intenciones, sus sueños.
Ernesto, usted estará aquí para siempre, con su estrella para iluminar nuestras vidas, que nos guíe y nos hace soñar con la paz.
Y que un día este sueño se convierta en realidad para toda la humanidad.
Entonces todos serán conscientes de su valor, todo lo que intentó hacer por el bien de los oprimidos, que son la mayoría de la gente.
Su sonrisa brilla en este lugar.
Hasta Siempre Comandante Ernesto.