"Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo,
que el revolucionario verdadero
está guiado por grandes sentimientos de amor.."
Ernesto Guevara

segunda-feira, 14 de março de 2011



Diario del Che en Bolivia
Diciembre/1966 

DICIEMBRE 1

Pasa el día sin novedad. Por la noche llegan Marcos y sus compañeros quienes han hecho un recorrido mayor del especificado, correteando lomas. A las dos de la mañana me informan que llegó Coco con un compañero; lo dejo para mañana.

DICIEMBRE 2

Temprano llega el Chino, muy efusivo. Nos pasamos el día charlando. Lo sustancial: irá a Cuba e informará personalmente de la situación, dentro de dos meses podrán incorporarse 5 peruanos, es decir, cuando hayamos comenzado a actuar; por ahora vendrán dos, un técnico en radio y un médico que estarán algún tiempo con nosotros. Pidió armas y accedí a darle una Bz, algunos mausers, y granadas y comprar M-1 para ellos. También decidí darles apoyo para que enviaran 5 peruanos a establecer enlace para pasar las armas para una región cercana a Puno, del otro lado del Titicaca. Me contó de sus cuitas en el Perú, incluso un audaz plan para liberar a Calixto que me parece un poco fantasioso. Cree que algunos sobrevivientes de la guerrilla están actuando en la zona, pero no lo saben a ciencia cierta, pues no pudieron llegar hasta la zona.
Lo demás de la conversación fue anecdótico. Se despidió con el mismo entusiasmo partiendo para la Paz; lleva fotos nuestras. Coco tiene instrucciones de preparar contactos con Sánchez (a quien veré posteriormente) y de contactar al jefe de informaciones de la presidencia, que se ha brindado para darlas pues es cuñado de Inti. La red todavía está en pañales.

DICIEMBRE 3

Sin novedad. No hay exploración por ser sábado. Los tres peones de la finca salen para Lagunillas para hacer mandados.

DICIEMBRE 4

Sin novedad. Todo el mundo quieto debido al domingo. Doy una charla sobre nuestra actitud hacia los bolivianos que vendrán y hacia la guerra.

DICIEMBRE 5

Sin novedad. Pensábamos salir pero el día fue de agua completo. Hubo una pequeña alarma motivada por unos tiros del Loro sin avisar.

DICIEMBRE 6

Salimos a comenzar la segunda cueva en el primer arroyo. Somos Apolina1, Inti, Urbano, Miguel y yo. Miguel viene a reemplazar a Tuma que no está repuesto de su caída. Apolinar ha planteado que se incorpora a la guerrilla pero quiere ir a arreglar asuntos particulares a la Paz; se le contesta que sí, pero que debía esperar un poco. Cerca de las 11 llegamos al arroyo, hicimos un trillo disimulado y exploramos para buscar un lugar adecuado para la cueva, pero todo es piedra y el arroyo, luego de secarse, sigue su cauce entre derriscos de piedra pura. Dejamos la exploración para mañana, Inti y Urbano salieron a tratar de cazar venados, pues la comida es muy escasa y tenemos que aguantar hasta el viernes con ella.
1 Aparecerá indistintamente como Apolinar o Polo. (N. del E.)

DICIEMBRE 7

Miguel y Apolinar localizaron un lugar propicio y se dedicaron a hacer el túnel; las herramientas son ineficientes. Inti y Urbano volvieron sin lograr nada, pero al anochecer Urbano cazó una pava con el M-1, como ya teníamos comida, la dejamos para el desayuno de mañana. Hoy se cumple, en realidad, el primer mes de nuestra estancia aquí, pero, por razones de comodidad, daré las síntesis todos los fines de mes.

DICIEMBRE 8

Con Inti fuimos hasta un firme que corona el arroyo. Miguel y Urbano continuaron el pozo. Por la tarde, Apolinar reemplazó a Miguel. Al anochecer, llegaron Marcos, Pombo y Pacho, éste muy atrasado y cansado. Marcos me pidió que lo sacara de la vanguardia si no mejoraba. Marqué el camino de la cueva que está en el esquema II. Les dejé las tareas más importantes para hacer durante su estadía. Miguel se quedará con ellas y nosotros regresaremos mañana.

DICIEMBRE 9

Regresamos lentamente por la mañana, llegando cerca de las 12. Pacho recibió la orden de quedarse cuando el grupo regrese. Tratamos de hacer contacto con el campamento 2 pero no se pudo. No hubo otra novedad.

DICIEMBRE 10

El día pasó sin novedad, salvo la primera horneada de pan hecho en la casa. Conversé con Jorge e Inti sobre algunas tareas urgentes. No hubo novedad de la Paz.

DICIEMBRE 11

El día transcurrió sin novedad, pero a la noche apareció Coco con Papi. Traía a Alejandro y Arturo y a un boliviano, Carlos. El otro jeep se quedó, como es habitual, en el camino. Luego trajeron al médico, Moro1 y Benigno y a dos bolivianos; ambos “cambas”2 de la finca de Caranavi. Transcurrió la noche en los habituales comentarios de viaje y sobre la ausencia de Antonio y Félix3, que ya debían estar aquí. Se discutió con Papi, resolviéndose que todavía tiene que hacer dos viajes para traer a Renán4 y Tania. Se liquidarán las casas y los depósitos, dándosele $ 1,000 de ayuda a Sánchez. Éste se quedará con la camioneta y venderemos un jeep a Tania, quedándonos con el otro. Falta por hacer un viaje de armas y le di orden de que cargara todo en un jeep para no insistir en el trasbordo que puede ser descubierto más rápido. El Chino salió para Cuba, aparentemente muy entusiasmado y piensa volver por aquí cuando esté de regreso. Coco se quedó aquí para ir a buscar alimentos a Camiri y Papi salió para La Paz. Sucedió un incidente peligroso: el vallegrandino, cazador, descubrió una pisada hecha por nosotros, vio las huellas, aparentemente vio a alguno y encontró un guante perdido por Pombo. Eso cambia nuestros planes y debemos ser muy cuidadosos.
El vallegrandino saldrá mañana con Antonio para mostrarle dónde puso sus armadillas contra las antas5, Inti me manifestó sus reservas contra el estudiante, Carlos, que al llegar, ya planteó la discusión de la participación cubana y antes había manifestado que no se alzaba sin la participación del partido. Rodolfo le mandó porque dijo que todo se debía a una mala interpretación.
1 Aparecerá indistintamente en lo adelante como Moro, Morogoro, Muganga o el Médico. (N. del E.)
2 Camba: oriundo de la región oriental de Bolivia. (N. del E.)
3 Aparecerá indistintamente como Félix o el Rubio. (N. del E.).
4 Aparecerá indistintamente como Renán o Iván. (N. del E.)
5 Anta: tapir americano. (N. del E.)

DICIEMBRE 12

Le hablé a todo el grupo, “leyéndole la cartilla” sobre la realidad de la guerra. Hice hincapié en la unicidad del mando y en la disciplina y advertí a los bolivianos sobre la responsabilidad que tenían al violar la disciplina de su partido para adoptar otra línea. Hice los nombramientos que recayeron en: Joaquín, como segundo jefe militar; Rolando e Inti, como comisarios; Alejandro, como jefe de operaciones; Pombo, de servicios; Inti, finanzas; Ñato, abastecimientos y armamentos; por ahora, Moro de servicios médicos.
Rolando y Braulio salieron para avisar al grupo que se quedara quinto allí, esperando que el vallegrandino pusiera sus trampas o hiciera la exploración con Antonio. A la noche volvieron; la trampa no está muy lejos. Emborracharon al vallegrandino que se fue por la noche, muy contento con una botella de singani en el cuerpo. Coco volvió de Caravani donde compró los comestibles necesarios pero fue visto por algunos de Lagunillas que se asombraron de la cantidad.
Más tarde llegó Marcos con Pombo. El primero sufrió una herida sobre el arco superciliar al cortar un palo; le dieron dos puntos.

DICIEMBRE 13

Salieron Joaquín, Carlos y el Médico para unirse a Rolando y Braulio. Pombo los acompañaba con la misión de volver hoy mismo. Mandé tapar el camino y hacer otro que, saliendo de ése, desembocara en el río, con tan buen éxito que Pombo, Miguel y Pacho se perdieron al regresar y siguieron por él.
Se habló con Apolinar que irá unos días a su casa en Viacha, dándole dinero para su familia y recomendándole hermetismo absoluto. Coco se despidió al anochecer, pero a las 3 horas se dio la alarma porque se escucharon silbidos y ruidos y la perra ladró; resultó él mismo, perdido en el monte.

DICIEMBRE 14

Día sin novedad. El vallegrandino pasó por la casa a ver la trampa, porque la había armado ayer, contra lo que dijo antes. Se le indicó a Antonio el camino abierto en el monte para que lleve al vallegrandino por él, para evitar sospechas.

DICIEMBRE 15

Sin novedad. Se tomaron las previsiones para salir (8 hombres) a instalarnos definitivamente en el campamento 2.

DICIEMBRE 16

Salimos, por la mañana, Pombo, Urbano, Tuma, Alejandro, Moro, Arturo, Inti y yo para quedarnos; fuertemente cargados. El recorrido se hizo en 3 horas.
Rolando quedó con nosotros y volvieron Joaquín, Braulio, Carlos y el Médico. Carlos se ha mostrarlo como un buen caminador y buen trabajador. Moro y Tuma descubrieron una cueva del río con pescados bastante grandes y cogieron 17, lo que da para una buena comida; Moro se hirió en la mano con un bagre1. Se buscó el lugar para hacer la cueva secundaria, ya que la primaria quedó acabada y se suspendieron las actividades hasta mañana. El mismo Moro e Inti trataron de cazar el anta y salieron para pasar la noche en acecho.

DICIEMBRE 17

Moro e Inti sólo cazaron una pava. Nosotros, Tuma, Rolando y yo, nos dedicamos a hacer la cueva secundaria que puede quedar lista mañana. Arturo y Pombo exploraron un lugar para emplazar el radio y luego se dedicaron a arreglar el camino de entrada que está bastante malo. Por la noche comenzó a llover y lo hizo continuadamente hasta la mañana.

DICIEMBRE 18

El día siguió de agua pero se continuó la cueva, a la que le falta poco para alcanzar los 2,5 requeridos. Inspeccionamos una loma para instalar la planta de radio. Parece bastante buena pero las pruebas lo dirán.

DICIEMBRE 19

También el día fue lluvioso y no invitaba a la caminata, pero cerca de las 11 llegaron Braulio y el Ñato con noticias de que el río daba paso aunque estaba hondo. Al salir nosotros, nos encontramos con Marcos y su vanguardia que llegaban a instalarse. Se quedará al mando y se le ordenó enviar de 3 a 5 hombres según las posibilidades. En poco más de 3 horas hicimos la caminata.
Por la noche, a las 12, llegaban Ricardo y Coco, trayendo a Antonio y el Rubio (no consiguieron pasaje el jueves pasado) y a Apolinar, que viene a incorporarse definitivamente. Además, llegó Iván, para tratar toda una serie de asuntos.
Prácticamente, quedó la noche en claro.

DICIEMBRE 20

Se procedió a discutir varios puntos y se estaba ordenando todo, cuando apareció el grupo del campamento II dirigido por Alejandro, con la noticia de que había en el camino cerca del campamento, un venado muerto de un tiro, con una cinta en la pata. Joaquín había pasado una hora antes por el lugar y no había comentado nada. Se supuso que el vallegrandino lo había llevado hasta allí y por alguna razón desconocida lo arrojó, huyendo. Se puso una guardia por la parte trasera y se mandaron dos hombres para que cogieran al cazador si aparecía. Al rato vino la noticia de que el venado estaba muerto desde tiempo atrás agusanado y después Joaquín, de vuelta, confirmaba que lo había visto. Coco y el Loro trajeron al vallegrandino para que viera al animalito y éste dictaminó que era un animal herido por él varios días atrás. Allí quedó concluso el incidente.
Se resolvió apurar los contactos con el hombre de información que Coco ha descuidado y hablar con Megía para que sirviera de contacto entre Iván y el de información. Éste mantendrá relaciones con Megía, Sánchez, Tania y el del partido, que no ha sido nombrado. Existe la posibilidad de que sea uno de Villamontes, pero falta concretar. Se recibe un telegrama de Manila indicando que Monje viene por el sur.
Inventaron un sistema de contacto, pero no me satisface porque indica una clara suspicacia hacia Monje por parte de sus propios compañeros.
A la una de la madrugada informarán de la Paz si ya se fue a buscar a Monje.
Iván tiene posibilidades de hacer negocios pero el pasaporte chueco no se lo permite; la próxima etapa es mejorar el documento y debe escribir a Manila para que lo apuren con los amigos.
Tania vendrá en la próxima para recibir instrucciones; probablemente la mande a Bs. As.
En definitiva, se resuelve que Ricardo, Iván y Coco salgan en avión desde Camiri y el jeep se quede aquí. Cuando vuelvan, hablarán por teléfono a Lagunillas informarán que están allí; Jorge irá por la noche para requerir noticias y los buscará si hay algo positivo. A la una no se pudo captar nada desde la Paz. Por la madrugada salieron para Camiri.

DICIEMBRE 21

El Loro no me había dejado los planos que hizo el explorador de modo que me quedé sin saber el tipo de camino que hay hasta Yaki. Salimos por la mañana haciendo el camino sin contratiempos. Se tratará de tener todo aquí para el 24, día en que hay fiesta programada.
Nos cruzamos con Pacho, Miguel, Benigno y el Camba que iban a cargar la planta. A las 5 de la tarde, Pacho y el Camba volvieron sin traer la planta, que dejaron escondida en el monte, por lo pesada que era. Mañana saldrán 5 hombres desde aquí para traerla. Se acabó la cueva de las mercancías; mañana comenzaremos la del radio.

DICIEMBRE 22

Comenzamos la cueva del radista. Al principio con mucho éxito en tierra floja, pero pronto encontramos una laja durísima que no nos dejó avanzar.
Trajeron la planta, que es bastante pesada, pero no se ha probado por falta de gasolina. El Loro anunció que no mandaba mapas porque el informe era verbal y vendría mañana a darlo.

DICIEMBRE 23

Salimos con Pombo y Alejandro a explorar el firme de la izquierda. Tendremos que abrirlo pero da la impresión de que se puede caminar cómodamente por él. Joaquín llegó con dos compañeros, anunciando que el Loro no venía porque se le había escapado un puerco y salió a buscarlo.
No hay nada del recorrido del lagunillero.
Por la tarde llegó el puerco, bastante grande pero faltan las bebidas. El Loro es incapaz hasta de conseguir estas cosas, luce muy desorganizado.

DICIEMBRE 24

Día dedicado a noche buena. Hubo gente que dio dos viajes y llegó tarde pero al final nos reunimos todos y la pasamos bien, con algunos pasaditos. El Loro explicó que el viaje del lagunillero no había resultado fructífero y sólo logró el pequeño resultado del apunte, muy impreciso.

DICIEMBRE 25

Retorno al trabajo, no hubo viajes al campamento de arrancada. Éste ha quedado bautizado C26 por una proposición del médico boliviano. Marcos, Benigno y el Camba salieron a hacer el camino por el firme de nuestra derecha, volvieron por la tarde con la noticia de que avistaron una especie de pampa pelada a dos horas de camino; mañana llegarán a ella. El Camba volvió con fiebre. Miguel y Pacho hicieron unos caminos de distracción por la banda izquierda y una senda de acceso a la cueva del radio. Inti, Antonio, Tuma y yo continuamos la cueva del radio, que está muy difícil porque es pura piedra. La retaguardia se encargó de hacer su campamento y buscar una atalaya que domine ambos extremos del río de acceso; el lugar está muy bueno.

DICIEMBRE 26

Inti y Carlos salieron para explorar hasta el punto denominado Yaki en el mapa; es un viaje calculado en dos días. Rolando, Alejandro y Pombo siguieron en la cueva que está durísima. Pacho y yo salimos a inspeccionar los caminos hechos por Miguel, no vale la pena seguir el del firme. El camino de acceso a la cueva está bastante bien y difícil de encontrar. Se mataron dos víboras y ayer otra; parece que hay bastante. Tuma, Arturo, el Rubio y Antonio salieron a cazar y Braulio y el Ñato a quedarse de posta en el otro campamento. Vinieron con la noticia de que el Loro se había volcado y la nota explicatoria en que anuncia la llegada de Monje. Marcos, Miguel y Benigno salieron a desarrollar el camino del firme, pero no regresaron en toda la noche.

DICIEMBRE 27

Salimos con Tuma para tratar de encontrar a Marcos; caminamos 2.30 horas hasta llegar al nacimiento de una quebrada que bajaba del lado izquierdo, dirección oeste; seguimos las huellas por allí bajando por derriscos bastante grandes. Pensaba llegar al campamento por esa vía, pero transcurrieron las horas y no llegaba. Pasadas las 5 de la tarde llegamos a Ñancahuazú, unos 5 kilómetros debajo del campamento 1, y a las 7 al campamento. Allí nos enteramos que Marcos había pasado la noche anterior allí. No mandé a nadie a avisar pues supuse que Marcos los hubiera orientado sobre mi posible ruta. Vimos el jeep, bastante desvencijado; Loro había ido a Camiri a buscar unos repuestos.
Según el Ñato, se había caído dormido.

DICIEMBRE 28

Cuando salíamos para el campamento, Urbano y Antonio llegaban buscándome. Marcos había seguido con Miguel para hacer un camino hasta el campamento por los firmes y no había llegado, Benigno y Pombo salieron a buscarme por el propio camino seguido por nosotros. Cuando llegué al campamento me encontré con Marcos y Miguel, que habían dormido en un firme sin poder llegar al campamento, aquél me dio las quejas de la forma en que me habían tratado. Al parecer, la queja era contra Joaquín, Alejandro y el Médico. Inti y Carlos habían regresado sin encontrar casa habitada; sólo una abandonada que, presumiblemente, no es el punto marcado como Yaki en el mapa.

DICIEMBRE 29

Con Marcos, Miguel y Alejandro, fuimos a la loma pelada para apreciar mejor la situación. Parece ser la Pampa del Tigre que comienza, es una cordillera de altura uniforme y lomas peladas, situada a unos 1,500 metros de altura. El firme de la izquierda debe desecharse porque realiza un arco hacia el Ñancahuazú. Bajamos y llegamos al campamento en una hora y veinte minutos. A buscar mercancías se mandaron 8 hombres que no agotaron la carga. El Rubio y el Médico reemplazaron a Braulio y al Ñato. Aquél hizo un nuevo camino antes de venir; dicho camino sale del río en unas piedras y se entra al monte del otro lado por otras piedras, con lo que no se dejan rastros. No se trabajó en la cueva.
El Loro partió para Camiri.

DICIEMBRE 30

A pesar de la lluvia caída, que había hecho crecer el río, fueron 4 hombres a liquidar las cosas restantes del campamento 1; quedó limpio ya. No había novedad de afuera. 6 hombres fueron a la cueva y en dos viajes guardaron todo lo que estaba destinado allí.
El horno no se pudo acabar por estar blando el barro.

DICIEMBRE 31

A las 7.30 llegó el Médico con la noticia de que Monje estaba allí. Fui con Inti, Tuma, Urbano y Arturo. La recepción fue cordial, pero tirante; flotaba en el ambiente la pregunta: ¿A qué vienes? Lo acompañaba “Pan Divino”1, el nuevo recluta, Tania, que viene a recibir instrucciones y Ricardo que ya se queda.
La conversación con Monje se inició con generalidades pero pronto cayó en su planteamiento fundamental resumido en tres condiciones básicas:
1) Él renunciaría a la dirección del partido, pero lograría de éste al menos la neutralidad y se extraerían cuadros para la lucha.
2) La dirección político-militar de la lucha le correspondería a él mientras la revolución tuviera un ámbito boliviano.
3) Él manejaría las relaciones con otros partidos sudamericanos, tratando de llevarlos a la posición de apoyo a los movimientos de liberación (puso como ejemplo a Douglas Bravo).
Le contesté que el primer punto quedaba a su criterio, como secretario del partido, aunque yo consideraba un tremendo error su posición.
Era vacilante y acomodaticia y preservaba el nombre histórico de quienes debían ser condenados por su posición claudicante. El tiempo me daría la razón.
Sobre el tercer punto, no tenía inconveniente en que tratara de hacer eso, pero estaba condenado al fracaso. Pedirle a Codovila que apoyara a Douglas Bravo era tanto como pedirle que condonara un alzamiento dentro de su partido. El tiempo también sería el juez.
Sobre el segundo punto no podía aceptarlo de ninguna manera. El jefe militar sería yo y no aceptaba ambigüedades en esto. Aquí la discusión se estancó y giró en un círculo vicioso.
Quedamos en que lo pensaría y hablaría con los compañeros bolivianos. Nos trasladamos al campamento nuevo y allí habló con todos planteándoles la disyuntiva de quedarse o apoyar al partido; todos se quedaron y parece que eso lo golpeó.
A las 12 hicimos un brindis en que señaló la importancia histórica de la fecha. Yo contesté aprovechando sus palabras y marcando este momento como el nuevo grito de Murillo de la revolución continental y que nuestras vidas no significaban nada frente al hecho de la revolución.
Fidel me envió los mensajes adjuntos.
1 Aparecerá también como Pedro (N. del E.)

Análisis del mes

Se ha completado el equipo de cubanos con todo éxito; la moral de la gente es buena y sólo hay pequeños problemitas. Los bolivianos están bien aunque sean pocos. La actitud de Monje puede retardar el desarrollo de un lado pero contribuir por otro, al liberarme de compromisos políticos. Los próximos pasos, fuera de esperar más bolivianos, consisten en hablar con Guevara y con los argentinos Mauricio1 y Jozami (Massetti y el partido disidente)
1 Aparecerá indistintamente como Mauricio, el Pelao o Carlos. (N. del E.)

sábado, 12 de março de 2011


Diario del Che en Bolivia
Noviembre/1966 

NOVIEMBRE 7

Hoy comienza una nueva etapa. Por la noche llegamos a la finca. El viaje fue bastante bueno. Luego de entrar, convenientemente disfrazados, por Cochabamba, Pachungo1 y yo hicimos los contactos y viajamos en jeep, en dos días y dos vehículos.
Al llegar cerca de la finca detuvimos las máquinas y una sola llegó a ella para no atraer las sospechas de un propietario cercano, que murmura sobre la posibilidad de que nuestra empresa esté dedicada a la fabricación de cocaína. Como dato curioso, el inefable Tumaini2 es indicado como el químico del grupo. Al seguir hacia la finca, en el segundo viaje, Bigotes3, que acababa de enterarse de mi identidad, casi se va por un barranco, dejando el jeep varado en el borde del precipicio. Caminamos algo así como 20 kilómetros, llegando a la finca, donde hay tres trabajadores del partido, pasada la medianoche.
Bigotes se mostró dispuesto a colaborar con nosotros, haga lo que haga el partido, pero se muestra leal a Monje4 a quien respeta y parece querer. Según él, Rodolfo está en la misma disposición y otro tanto sucede con el Coco, pero hay que tratar de que el partido se decida a luchar. Le pedí que no informara al partido hasta la llegada de Monje, que está de viaje para Bulgaria y que nos ayudara, accedió a ambas cosas.
1 Aparecerá indistintamente con los sobrenombres de Pachungo o Pacho. (N. del E.)
2 Aparecerá indistintamente con los sobrenombres de Tumaini o Tuma. (N. del E.)
3 Aparecerá indistintamente como Bigotes, el Loro o Jorge (N. del E.)
4 Aparecerá indistintamente como Estanislao; el Negro, Mario o Monje. No debe confundirse con el guerrillero el Negro, del grupo de Joaquín, que aparece más adelante. (N. del E.)

NOVIEMBRE 8

Pasamos el día en la manigua, a escasos 100 metros de la casa y junto al arroyo. Nos dieron su batida una especie de yaguasas muy molestas aunque no pican. Las especies que hay, hasta ahora, son: la yaguasa, el jején, el mariquí, el mosquito y la garrapata.
Bigotes sacó su jeep con ayuda de Argañaraz y quedó en comprarle algunas cosas, como puercos y gallinas.
Pensaba escribir informando las peripecias, pero lo dejé para la próxima semana, en que esperamos recibir al segundo grupo.

NOVIEMBRE 9

Día sin novedades. Con Tumaini, hicimos una exploración siguiendo el curso del río Ñacahuasi (un arroyo en realidad), pero no llegamos a su nacimiento. Corre encajonado y la región, aparentemente, es poco frecuentada. Con una disciplina conveniente se puede estar allí mucho tiempo.
Por la tarde, una lluvia fuerte nos sacó de la manigua hacia la casa. Me saqué 6 garrapatas del cuerpo.

NOVIEMBRE 10

Pachungo y Pombo salieron de exploración; con uno de los compañeros bolivianos, Serafín. Llegaron algo más lejos que nosotros y encontraron la bifurcación del arroyo, una quebradita que parece estar buena. Al regreso se quedaron haraganeando en la casa y el chofer de Algarañaz, que venía a traer los hombres con unas compras que le habían hecho, los vio. Tremenda bronca eché y decidimos trasladarnos mañana a la manigua, donde haremos campamento perenne. Tumaini se dejará ver porque ya lo conocen y figurará como un empleado más de la finca. Esto se deteriora rápidamente; hay que ver si nos permiten traer, aunque sea a nuestros hombres. Con ellos estaré tranquilo.

NOVIEMBRE 11

Día sin novedad pasado en un nuevo campamento, al otro lado de la casa, donde dormimos.
La plaga está infernal y obliga a resguardarse en la hamaca con mosquitero (que sólo yo tengo).
Tumaini fue a visitar a Argañaraz y le compraron algunas cosas: gallinas, pavos. Parece que todavía no hay grandes sospechas por su parte.

NOVIEMBRE 12

Día sin novedad alguna. Hicimos una breve exploración para preparar el terreno destinado a campamento cuando lleguen los 6 del segundo grupo. La zona elegida está a unos 100 metros del principio de la tumba, sobre un montículo y cerca hay una hondonada en la que se pueden hacer cuevas para guardar comida y otros objetos. A estas alturas debe estar llegando el primero de los tres grupos de a dos en que se divide la partida. A fines de la semana que empieza deben llegar a la finca. Mi pelo está creciendo, aunque muy ralo y las canas se vuelven rubias y comienzan a desaparecer; me nace la barba. Dentro de un par de meses volveré a ser yo.

NOVIEMBRE 13

Domingo. Algunos cazadores pasan por nuestra vivienda; peones de Algañaraz. Son hombres de monte, jóvenes y solteros; ideales para ser reclutados y que le tienen un odio concentrado a su patrón. Informaron que a 8 leguas, por el río hay casas y que éste tiene algunas quebradas con agua. No hay otra novedad.

NOVIEMBRE 14

Una semana de campamento. Pachungo luce algo inadaptado y triste, pero debe recuperarse. Hoy comenzamos una excavación para hacer un túnel y meter en él todo lo que pueda ser comprometedor; lo disimularemos con un enrejado de palos y defenderemos de la humedad lo más posible. Ya está hecho el pozo de metro y medio y comenzado el túnel.

NOVIEMBRE 15

Seguimos en la tarea del túnel; por la mañana Pombo y Pachungo, por la tarde Tumaini y yo. A las 6, cuando dejamos el trabajo, ya había alcanzado los 2 metros de hondo el túnel. Mañana pensamos acabarlo y meter todas las cosas comprometedoras en él. Por la noche una lluvia me obligó a huir de mi hamaca, que se moja, pues el nylon es chico. No hubo otra novedad.

NOVIEMBRE 16

El túnel quedó terminado y camuflado; sólo falta disimular el camino; trasladaremos las cosas a nuestra casita y mañana la guardaremos, tapando la boca con un enrejado de palos y barro. El esquema de este túnel que lleva el Nº.1 está en el documento 1. Lo demás sin novedad; desde mañana podemos razonablemente esperar novedades de la Paz.

NOVIEMBRE 17

El túnel está ocupado con los artículos que pudieran ser comprometedores para los de la casa y algo de comida en lata y ha quedado bastante disimulado.
No hubo novedad alguna desde la Paz. Los muchachos de la casa hablaron con Argañaraz, a quien compraron algunas cosas y éste les volvió a insistir en su participación en la fábrica de cocaína.

NOVIEMBRE 18

Sin novedad de la Paz. Pachungo y Pombo volvieron a explorar el arroyo pero no están muy convencidos de que sea el campamento indicado. El lunes lo exploraremos con Tumaini. Argañaraz vino a arreglar el camino para sacar piedras del río y estuvo un buen rato en ese trabajo. Al parecer, no sospecha de nuestra presencia aquí. Todo transcurre monótonamente; los mosquitos y las garrapatas están empezando a crear llagas molestas en las picaduras infectadas. El frío se hace sentir un poco en la madrugada.

NOVIEMBRE 19

Sin novedad de la Paz. Sin novedad aquí; pasamos recluidos por ser sábado, día en que se mueven los cazadores.

NOVIEMBRE 20

A mediodía llegaron Marcos y Rolando. Ahora somos seis. Enseguida se procedió al anecdotario del viaje. Tardaron tanto porque el aviso les llegó hace una semana. Son los que viajaron más rápido por la vía de Sao Paolo. Hasta la semana que viene no es de esperar la llegada de los otros cuatro.
Vino con ellos Rodolfo, que me hizo muy buena impresión. Al parecer, está más decidido que Bigotes a romper con todo. Papi1 le informó de mi presencia, así como al Coco, violando las instrucciones; al parecer es un caso de celos de autoridad. Escribí a Manila2 con algunas recomendaciones (documentos I y II) y Papi contestando sus preguntas. Rodolfo retornó en la madrugada.
1 Aparecerá indistintamente como Papi, Ricardo o Chinchu.
2 Manila: Cuba. (N. del E.)

NOVIEMBRE 21

Primer día del grupo ampliado. Llovió bastante y el traslado a nuestro nuevo punto nos costó una buena mojadura. Ya estamos instalados. La carpa resultó ser una lona de camión que se moja, pero protege algo. Nosotros tenemos nuestra hamaca con nylon. Han llegado algunas armas más; Marcos tiene un Garand, a Rolando se le dará un M-1 del depósito. Jorge se quedó con nosotros, pero en la casa; allí dirigirá trabajos encaminados a mejorar la finca. A Rodolfo le pedí un agrónomo de confianza. Trataremos de que esto dure lo más posible.

NOVIEMBRE 22

Tuma, Jorge y yo hicimos recorrido por el río (Ñancahuazú) para inspeccionar el arroyo descubierto. Con la lluvia del día anterior el río estaba desconocido y nos costó bastante trabajo llegar al punto deseado. Éste es un hilito de agua que tiene bien cerrada la desembocadura, convenientemente preparada se puede utilizar para un campamento permanente. Volvimos a las 9 y pico de la noche. Aquí sin novedad.

NOVIEMBRE 23

Inauguramos un observatorio que domina la casita de la finca para estar prevenidos en caso de alguna inspección o visita molesta. Como dos salen de exploración, a los restantes les tocan tres horas de guardia. Pombo y Marcos exploraron el firme de nuestro campamento hasta el arroyo que todavía está crecido.

NOVIEMBRE 24


Pacho y Rolando salieron para hacer una exploración en el arroyo; deben volver mañana.
Por la noche, dos peones de Argañaraz llegaron “de paseo” en una visita insólita. No había nada extraño, pero faltaban Antonio1, que estaba con los exploradores y Tuma, que oficialmente pertenece a la casa. Pretexto: cacería. Cumpleaños de Aliucha.
1 Aparecerá indistintamente como Antonio u Olo. (N. del E.)

NOVIEMBRE 25

Desde el observatorio informaron que había venido un jeep con 2 o tres tripulantes. Resultaron ser de un servicio de lucha contra el paludismo; se fueron inmediatamente que sacaron muestras de sangre. Pacho y Rolando llegaron por la noche, muy tarde. Encontraron el arroyo del mapa y lo exploraron, además siguieron por el curso principal del río hasta encontrar campos abandonados.

NOVIEMBRE 26

Por ser sábado, todos quedamos acantonados. Pedí a Jorge que hiciera una exploración a caballo por el cauce del río para ver hasta dónde llegaba; el caballo no estaba y salió a pie a pedir uno a Don Remberto (20 a 25 kms). A la noche no había regresado. Sin novedad de la Paz.

NOVIEMBRE 27

Jorge seguía sin aparecer. Di orden de hacer posta toda la noche pero a las 9 llegó el primer jeep de la Paz. Con el Coco venían Joaquín1 y Urbano y un boliviano a quedarse: Ernesto, estudiante de medicina. Viró el Coco y trajo a Ricardo con Braulio y Miguel y otro boliviano, Inti, también a quedarse. Ahora somos 12 alzados y Jorge que funge de dueño; Coco y Rodolfo se encargarán de los contactos. Ricardo trajo una noticia incómoda: El Chino está en Bolivia y quiere mandar 20 hombres y verme. Esto trae inconvenientes porque internacionalizaremos la lucha antes de contar con Estanislao. Quedamos en que le enviaría a Santa Cruz y allí lo recogerá Coco trayéndolo aquí. Coco salió por la madrugada con Ricardo que tomaría el otro jeep para seguir a la Paz. Coco debe pasar por lo de Remberto para averiguar de Jorge. En conversación preliminar con el Inti, éste opina que Estanislao no se alzará, pero parece decidido a cortar amarras.
1 Aparecerá indistintamente como Joaquín o Vilo. (N. del E.)

NOVIEMBRE 28

Por la mañana no había aparecido Jorge y el Coco tampoco había regresado. Después llegaron y todo lo que pasó es que se había quedado en lo de Remberto.
Un poco irresponsable. Por la tarde convoqué al grupo boliviano para plantearle el pedido peruano de enviar 20 hombres y todos estuvieron de acuerdo en que los mandaran, pero después de empezar acciones.


NOVIEMBRE 29

Salimos a hacer el catastro del río y explorar el arroyo que será nuestro próximo campamento. Tumaini, Urbano, Inti y yo formamos el grupo. El arroyo es muy seguro pero muy lóbrego. Trataremos de buscar en otro que está a una hora. Tumaini se cayó y aparentemente sufrió una fractura en el tarso. Llegamos al campamento por la noche, luego de hacer la medición del río. Aquí sin novedad; Coco salió a Santa Cruz para esperar al Chino.

NOVIEMBRE 30

Marcos, Pacho, Miguel y Pombo salieron con la instrucción de explorar un arroyo más lejano; deben estar dos días fuera. Llovió bastante. En la casa, sin novedad.

Análisis del mes

Todo ha salido bastante bien: mi llegada sin inconvenientes; la mitad de la gente está aquí también sin inconvenientes, aunque se demoraron algo; los principales colaboradores de Ricardo se alzan contra viento y marea. El panorama se perfila bueno en esta región apartada donde todo indica que podremos pasarnos prácticamente el tiempo que estimemos conveniente. Los planes son: esperar el resto de la gente, aumentar el número de bolivianos por lo menos hasta 20 y comenzar a operar. Falta averiguar la reacción de Monje y cómo se comportará la gente de Guevara.

quarta-feira, 9 de março de 2011




Diario del Che en Bolivia
1966/1967



INTRODUCCION DE FIDEL CASTRO 

Era costumbre del Che en su vida guerrillera anotar cuidadosamente en un Diario personal sus observaciones de cada día. En las largas marchas por terrenos abruptos y difíciles, en medio de los bosques húmedos, cuando las filas de los hombres, siempre encorvados por el peso de las mochilas, las municiones y las armas, se detenían un instante a descansar, o la columna recibía la orden de alto para acampar al final de fatigosa jornada, se veía al Che —como cariñosamente lo bautizaron desde el principio los cubanos— extraer una pequeña libreta y con su letra menuda y casi ilegible de médico, escribir sus notas.
Lo que pudo conservar de esos apuntes le sirvió luego para escribir sus magníficas narraciones históricas de la guerra revolucionaria en Cuba, llenas de contenido revolucionario, pedagógico y humano.
Esta vez, gracias a aquel invariable hábito suyo de ir anotando los principales hechos de cada día, podemos disponer de una información pormenorizada, rigurosamente exacta e inapreciable de aquellos heroicos meses finales de su vida en Bolivia.
Esas anotaciones, no escritas propiamente para la publicación, le servían como instrumento de trabajo para la evaluación constante de los hechos, las situaciones y los hombres, a la vez que daban cauce a las expresiones, de su espíritu profundamente observador, analítico, y muchas veces matizado de fino humorismo. Están sobriamente redactadas y poseen interrumpida coherencia desde el principio hasta el fin.
Téngase en cuenta que fueron escritas en los ratos escasísimos de descanso, en medio de épico y sobrehumano esfuerzo físico y de sus agotadoras obligaciones como jefe de un destacamento guerrillero en la difícil etapa de los comienzos de una lucha de esta naturaleza, que se desenvolvía en condiciones materiales increíblemente duras, lo que revela una vez más su estilo de trabajo y su voluntad de hierro.
En este Diario, al analizar en detalle los incidentes de cada día, se hacen constar faltas, críticas y recriminaciones que son propias e inevitables en el desarrollo de una guerrilla revolucionaria.
En el seno de un destacamento guerrillero esas críticas se tienen que producir incesantemente, sobre todo en la etapa en que está constituido sólo por un pequeño núcleo, enfrentados a condiciones materiales sumamente adversas y a un enemigo infinitamente superior en número, cuando el menor descuido o la más insignificante falta pueden resultar fatales y el jefe debe ser exhaustivamente exigente, a la vez que utilizar cada hecho o episodio, por insignificante que parezca, para educar a los combatientes y futuros cuadros de los nuevos destacamentos guerrilleros.
El proceso de formación de la guerrilla es un incesante llamado a la conciencia y al honor de cada hombre. El Che sabía tocar las fibras más sensibles de los revolucionarios. Cuando Marcos, reiteradamente amonestado por el Che, fue advertido de que podía ser expulsado deshonrosamente de la guerrilla, respondió: “¡Antes fusilado!” Más adelante dio su vida heroicamente. Similar fue el comportamiento de todos los hombres en los que puso su confianza y a los cuales se vio en la necesidad de amonestar por alguna u otra causa en el transcurso de la lucha. Jefe fraternal y humano sabía también ser exigente y en ocasiones severo; pero lo era en primer lugar y en mayor grado que con los demás, consigo mismo. Che basaba la disciplina en la conciencia moral del guerrillero y en la fuerza tremenda de su propio ejemplo.
El Diario contiene también numerosas referencias a Debray y evidencian la enorme preocupación que suscitó en el Che el arresto y encarcelamiento del escritor revolucionario a quien había encomendado una misión en Europa, aunque en el fondo habría deseado que aquél permaneciera en la guerrilla. Por eso manifiesta cierta inconformidad, y en ocasiones algunas dudas, sobre su comportamiento.
Che no tuvo posibilidad de conocer la odisea vivida por Debray en las garras de los cuerpos represivos y la actitud firme y valerosa mantenida por éste ante sus captores y torturadores.
Destacó, sin embargo, la enorme importancia política del proceso, y, el 3 de octubre, seis días antes de su muerte, en medio de amargos y tensos sucesos, consigna: “Se escuchó una entrevista de Debray muy valiente frente a un estudiante provocador”, siendo ésta su última referencia al escritor. Como en este Diario la Revolución Cubana y sus relaciones con el movimiento guerrillero aparecen reiteradamente señaladas, algunos pudieran interpretar que su publicación por nuestra parte constituye un acto de provocación que dará argumentos a los enemigos de la Revolución y a los imperialistas yanquis y sus aliados, los oligarcas de América Latina, para redoblar sus planes de bloqueo, aislamiento y agresión a Cuba.
A los que así juzgan los hechos, es bueno recordarles que el imperialismo yanqui no ha necesitado nunca de pretextos para perpetrar sus fechorías en cualquier lugar del mundo y que sus esfuerzos para aplastar la Revolución Cubana se iniciaron desde la primera ley revolucionaria promulgada en nuestro país, por el obvio y conocido hecho de que ese imperialismo es el gendarme de la reacción mundial, promotor sistemático de la contrarrevolución y protector de las estructuras sociales más retrógadas e inhumanas que subsisten en el mundo.
La solidaridad con el movimiento revolucionario puede ser tomada como pretexto, pero nunca será la causa de las agresiones yanquis. Negar la solidaridad para negar el pretexto es ridícula política de avestruz, que nada tiene que ver con el carácter internacionalista de las revoluciones sociales contemporáneas. Dejar de solidarizarse con el movimiento revolucionario no es negarle un pretexto sino solidarizarse de hecho con el imperialismo yanqui y su política de dominio y esclavización del mundo.
Cuba es un pequeño país de economía subdesarrollada, como todos los que fueron durante siglos dominados y explotados por el colonialismo y el imperialismo, situada sólo a 90 millas de las costas de Estados Unidos, con una base naval yanqui en su propio territorio, que se enfrenta a numerosos obstáculos por llevar a cabo su desarrollo económico-social. Grandes peligros se han cernido sobre nuestra Patria desde el triunfo de la Revolución, pero no por ello conseguirá el imperialismo doblegarla, sin que deban importarnos las dificultades que una línea revolucionaria consecuente pueda conllevar.
Desde el punto de vista revolucionario la publicación del Diario del Che en Bolivia no admite alternativa. El Diario del Che quedó en poder de Barrientos, que de inmediato entregó copia a la CIA, al Pentágono y al gobierno de Estados Unidos. Periodistas allegados a la CIA tuvieron acceso al documento en la propia Bolivia y sacaron copias fotostáticas del mismo, aunque con el compromiso de abstenerse, por el momento, de publicarlo.
El gobierno de Barrientos y los más altos jefes militares tienen sobradas razones para no publicar el Diario, donde se puede constatar la inmensa incapacidad de su ejército y las incontables derrotas que sufrieron en manos de un puñado de guerrilleros decididos que en unas pocas semanas le arrebató en combate cerca de doscientas armas.
Che describe además a Barrientos y su régimen en los términos a que es acreedor con palabras que no podrán borrarse de la historia.
Por otro lado, el imperialismo tenía también sus razones: Che y su ejemplo extraordinario cobran fuerza cada vez mayor en el mundo. Sus ideas, su retrato, su nombre, son banderas de lucha contra las injusticias entre los oprimidos y los explotados y suscitan interés apasionado entre los estudiantes y los intelectuales de todo el mundo.
En los propios Estados Unidos el movimiento negro y los estudiantes progresistas, que son cada vez más numerosos, han convertido en algo suyo la figura del Che. En las manifestaciones más combativas por los derechos civiles y contra la agresión a Vietnam, sus retratos son esgrimidos como emblemas de lucha. Pocas veces en la historia, o tal vez nunca, una figura, un nombre, un ejemplo, se han universalizado con tal celeridad y apasionante fuerza. Es que el Che encarna en su forma más pura y desinteresada el espíritu internacionalista que caracteriza al mundo de hoy y cada vez al de mañana.
De un continente oprimido ayer por las potencias coloniales, explotado hoy y mantenido en el retraso y en el subdesarrollo más inicuo por el imperialismo yanqui, surge esa singular figura que se convierte en aliento universal de lucha revolucionaria hasta en las propias metrópolis imperialistas y colonialistas.
Los imperialistas yanquis temen la fuerza de ese ejemplo y todo lo que pueda contribuir a divulgarlo. Es el valor intrínseco del Diario, expresión viva de una personalidad extraordinaria, lección guerrillera escrita al calor y la tensión de cada día, pólvora inflamable, demostración real de que el hombre latinoamericano no es impotente frente a los esclavizadores de pueblos y sus ejércitos mercenarios, lo que les ha impedido hasta hoy darlo a la publicidad.
Pudieran estar también interesados en que este Diario no se conociera nunca. Los seudorrevolucionarios, oportunistas y charlatanes de toda laya, que autoconceptuándose marxistas, comunistas y otros títulos por el estilo, no han vacilado en calificar al Che de equivocado, aventurero, y cuando más benignamente, idealista, cuya muerte es el canto de cisne de la lucha armada revolucionaria en América Latina. “¡Si el Che —exclaman—, máximo exponente de esas ideas y experimentado guerrillero, fue muerto en las guerrillas y su movimiento no liberó a Bolivia, eso demuestra cuán equivocado estaba...!” ¡Cuántos de estos miserables se habrán alegrado de la muerte del Che, sin sonrojarse siquiera de pensar que sus posiciones y razonamientos coinciden por entero con los de los oligarcas más reaccionarios y el imperialismo!
De este modo se justifican a sí mismos, o justifican a dirigentes traidores que en determinado momento no vacilaron en jugar a la lucha armada con el verdadero propósito —según se pudo ver luego— de destruir a los destacamentos guerrilleros, frenar la acción revolucionaria e imponer sus vergonzosas y ridículas componendas políticas, porque eran absolutamente incapaces de ninguna otra línea; o a los que no quieren combatir, ni combatirán jamás, por el pueblo y su liberación y han caricaturizado las ideas revolucionarias haciendo de ellas opio dogmático sin contenido ni mensaje a las masas, y convertido las organizaciones de lucha del pueblo en instrumentos de conciliación con los explotadores internos y externos, y propugnadoras de políticas que no tienen nada que ver con los intereses reales de los pueblos explotados en este continente.
Che contemplaba su muerte como algo natural y probable en el proceso y se esforzó en recalcar, muy especialmente en sus últimos documentos, que esa eventualidad no impediría la marcha inevitable de la revolución en América Latina. En su mensaje a la Tricontinental reiteró ese pensamiento: “Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo... En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ese, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas”.
Se consideró a sí mismo soldado de esa revolución, sin preocuparle en absoluto sobrevivir a ella. Los que ven en el desenlace de su lucha en Bolivia el fracaso de sus ideas, con el mismo simplismo pudieran negar la validez de las ideas y las luchas de todos los grandes precursores y pensadores revolucionarios, incluidos los fundadores del marxismo, que no pudieron culminar la obra y contemplar en vida los frutos de sus nobles esfuerzos.
En Cuba, ni la muerte en combate de Martí y de Maceo, a las que siguió más tarde la intervención yanqui cuando finalizaba la Guerra de Independencia, frustrando en lo inmediato el objetivo de sus luchas, ni la de brillantes propugnadores de la revolución socialista como Julio Antonio Mella, asesinado por agentes al servicio del imperialismo, pudieron impedir a la larga el triunfo de un proceso que comenzó hace cien años, y nadie en absoluto podría poner en duda la profunda justeza de la causa y la línea de lucha de aquellos próceres, ni la vigencia de sus ideas esenciales que inspiraron siempre a los revolucionarios cubanos.
En el Diario del Che se pueden apreciar cuán reales eran sus posibilidades de éxito y cuán extraordinario el poder catalizador de la guerrilla, como él consigna en sus apuntes. En cierta ocasión, ante los evidentes síntomas de debilidad y rápido deterioro del régimen boliviano, expresó: “El gobierno se desintegra rápidamente, lástima no tener cien hombres más en este momento”.
Che conocía por su experiencia en Cuba cuántas veces nuestro pequeño destacamento guerrillero estuvo a punto de ser exterminado. Pudo ocurrir así en dependencia casi absoluta de los azares e imponderables de la guerra, mas, tal eventualidad, ¿habría dado a nadie el derecho a considerar errónea nuestra línea y tomarla además como ejemplo para desalentar a la revolución e inculcar en los pueblos la impotencia? ¡Muchas veces en la historia los procesos revolucionarios estuvieron precedidos de episodios adversos! Nosotros en Cuba, ¿no tuvimos acaso la experiencia del Moncada apenas seis años antes del triunfo definitivo de la lucha armada del pueblo?
Para muchos, entre el 26 de julio de 1953, ataque al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, y el 2 de diciembre de 1956, desembarco del “Granma”, la lucha revolucionaria en Cuba frente a un ejército moderno y bien armado carecía de toda perspectiva y la acción de un puñado de luchadores era vista como quimera de idealistas e ilusos “que estaban profundamente equivocados”. La derrota aplastante y la dispersión total del inexperto destacamento guerrillero el 5 de diciembre de 1956 pareció confirmar por entero los pesimistas augurios... Pero, sólo 25 meses después, los restos de aquella guerrilla habían desarrollado ya la fuerza y experiencia necesarias para aniquilar aquel ejército.
Para no luchar habrá siempre sobrados pretextos en todas las épocas y en todas las circunstancias, pero será el único camino de no obtener jamás la libertad. El Che no sobrevivió a sus ideas, pero supo fecundarlas con su sangre. Con toda seguridad sus críticos seudorrevolucionarios, con su cobardía política y su eterna falta de acción, sobrevivirán a la evidencia de su propia estupidez.
Es notable, como se verá en el Diario, que uno de esos especimenes revolucionarios que ya van siendo típicos en América Latina, Mario Monje, esgrimiendo el título de Secretario del Partido Comunista de Bolivia, pretendió discutirle al Che la jefatura política y militar del movimiento. Y puesto que alegó, además, el propósito de renunciar previamente para ello a su cargo partidista, a su juicio, por lo visto, le bastaba el título de haberlo sido para reclamar tal prerrogativa.
Mario Monje, por supuesto, no tenía ninguna experiencia guerrillera ni había librado jamás un combate, sin que por otro lado su autoconceptuación de comunista lo obligase siquiera a prescindir del grosero y mundano chovinismo que ya habían logrado superar los próceres que lucharon por la primera independencia.
Con semejante concepto de lo que debe ser la lucha antimperialista en este continente, tales “jefes comunistas” no han rebasado siquiera el nivel internacionalista de las tribus aborígenes que sojuzgaron los colonizadores europeos en la época de la conquista.
Así, el jefe del Partido Comunista de un país que se llama Bolivia, y su capital histórica, Sucre, en honor de sus primeros libertadores que eran venezolanos uno y otro, que tuvo la posibilidad de contar para la definitiva liberación de su pueblo con la cooperación del talento político, organizador y militar de un verdadero titán revolucionario, cuya causa por demás no se limitaba a las fronteras estrechas, artificiales e incluso injustas de ese país, no hizo otra cosa que entrar en vergonzosos, ridículos e inmerecidos reclamos de mando.
Bolivia, por no tener salida al mar necesita más que ningún otro país, para su propia liberación, sin tener que exponerse a un atroz bloqueo, del triunfo revolucionario de los vecinos. Che era, además, por su prestigio enorme, su capacidad y su experiencia, el hombre que habría podido acelerar ese proceso.
Che había establecido relaciones con dirigentes y militantes del Partido Comunista boliviano, desde antes de producirse en el mismo la escisión, recabando de ellos la ayuda para el movimiento revolucionario en América del Sur. Algunos de esos militantes, autorizados por el Partido, trabajaron con él durante años en diversas tareas. Al producirse la escisión en dicho Partido, se creó una situación especial puesto que varios militantes de los que habían estado trabajando con él quedaron ubicados en uno u otro grupo. Pero Che no concebía la lucha en Bolivia como un hecho aislado sino como parte de un movimiento revolucionario de liberación que no tardaría en extenderse a otros países de América del Sur. Era su propósito organizar un movimiento sin espíritu sectario, para que a él se incorporasen todos los que quisieran luchar por la liberación de Bolivia y demás pueblos sojuzgados por el imperialismo en América Latina. Pero en la fase inicial de preparación de la base guerrillera venía dependiendo fundamentalmente de la ayuda de un grupo de valiosos y discretos colaboradores que al producirse la escisión habían permanecido en el Partido de Monje. Fue por deferencia con ellos que invitó, en primer término, a éste, a visitar su campamento, aunque ciertamente no experimentaba hacia él ninguna simpatía. Después invitó a Moisés Guevara, líder minero y político que se había separado de aquel Partido para cooperar en la formación de otra organización, y que luego también se había marginado de ella inconforme con Oscar Zamora, otro Monje que hacía algún tiempo se había comprometido con el Che a trabajar en la organización de la lucha armada guerrillera en Bolivia, rehuyendo después los compromisos y cruzándose cobardemente de brazos a la hora de la acción, para convertirse con posterioridad a su muerte en uno de sus más venenosos críticos, en nombre del “marxismo-leninismo”. Moisés Guevara se unió sin vacilación al Che, como le había ofrecido desde mucho antes de que éste llegara a Bolivia, le brindó su apoyo y entregó su vida heroicamente a la causa revolucionaria.
Otro tanto hizo el grupo de guerrilleros bolivianos que había permanecido hasta entonces en la organización de Monje. Dirigidos por Inti y Coco Peredo, que después demostraron ser valerosos y destacados combatientes, se apartaron de aquél y respaldaron decididamente al Che. Pero Monje, no satisfecho del resultado, se dedicó a sabotear el movimiento, interceptando en La Paz a militantes comunistas bien entrenados que iban a unirse a las guerrillas. Estos hechos demuestran cómo existen en las filas revolucionarias hombres bien dotados de todas las condiciones necesarias para la lucha, cuyo desarrollo es criminalmente frustrado por dirigentes incapaces, charlatanes y maniobreros.
Che fue hombre al que nunca le interesaron personalmente cargos, mandos ni honores, pero estaba firmemente convencido de que en la lucha revolucionara guerrillera —fundamental forma de acción para la liberación de los pueblos de América Latina, partiendo de la situación económica, política y social de casi todos los países latinoamericanos— el mando militar y político de la guerrilla debía estar unificado y que la lucha sólo podía ser dirigida desde la guerrilla y no desde cómodas y burocráticas oficinas urbanas. Y en este punto no estaba dispuesto a transigir, ni a entregarle a un inexperto seso-hueco de estrechas miras chovinistas el mando de un núcleo guerrillero destinado a desenvolver en su ulterior desarrollo una lucha de amplia dimensión en América del Sur. Che consideraba que ese chovinismo, que muchas veces infecta a los propios elementos revolucionarios de los diversos países de América Latina, debía ser combatido como un sentimiento reaccionario ridículo y estéril. “Que se desarrolle un verdadero internacionalismo proletario —dijo en su mensaje a la Tricontinental—... la bandera bajo la que se luche sea la causa sagrada de la redención de la humanidad, de tal modo que morir bajo las enseñas de Vietnam, de Venezuela, de Guatemala, de Laos, de Guinea, de Colombia, de Bolivia..., para citar sólo los escenarios actuales de la lucha armada, sea igualmente gloriosa y deseable para un americano, un asiático, un africano, y aún, un europeo. Cada gota de sangre derramada en un territorio bajo cuya bandera no se ha nacido, es experiencia que recoge quien sobrevive para aplicarla luego a la lucha por la liberación de su lugar de origen. Y cada pueblo que se libere es una fase de la batalla por la liberación del propio pueblo que se ha ganado”.
Che pensaba igualmente que en el destacamento guerrillero participasen combatientes de distintos países latinoamericanos y que la guerrilla en Bolivia fuese escuela de revolucionarios que harían su aprendizaje en los combates. A su lado quiso tener para ayudarlo en esa tarea, junto a los bolivianos, un pequeño núcleo de guerrilleros con experiencia, que habían sido casi todos compañeros suyos en la Sierra Maestra, durante la lucha revolucionaria en Cuba, cuya capacidad, valor y espíritu de sacrificio conocía. De esos hombres ninguno vaciló en responder a su solicitud, ninguno lo abandonó y ninguno se rindió.
Che actuó en su campaña de Bolivia con el tesón, la maestría, el estoicismo y la ejemplar actitud que eran proverbiales en él. Puede decirse que impregnado de la importancia de la misión que se había asignado a sí mismo, procedió en todo instante con un espíritu de responsabilidad irreprochable. En aquellas ocasiones en que la guerrilla cometía algún descuido, se apresuraba en advertirlo y enmendarlo, consignándolo en su Diario.
Factores adversos se combinaron increíblemente en su contra. La separación —que debía ser por unos breves días— de una parte de la guerrilla, donde se encontraba un grupo valioso de hombres, algunos de ellos enfermos o convalecientes, al perderse el contacto entre ambos en un terreno sumamente accidentado, se prolongó durante interminables meses, que ocuparon el esfuerzo de Che en su búsqueda. En ese período el asma —una dolencia que solía dominar fácilmente con sencillos medicamentos, pero que faltando éstos se convertía para él en un terrible enemigo— lo atacó despiadadamente, deviniendo esto en un problema serio por el hecho de que las medicinas que previsoriamente había acumulado para la guerrilla fueron descubiertas y ocupadas por el enemigo. Este hecho, unido al aniquilamiento a fines de agosto de la parte de la guerrilla con la que había perdido el contacto, fueron factores que gravitaron considerablemente en el desarrollo de los acontecimientos. Pero Che, con voluntad de acero, se sobrepuso al malestar físico y en ningún instante su acción aminoró, ni decayó su ánimo.
Fueron numerosos sus contactos con los campesinos bolivianos. El carácter de éstos, sumamente desconfiados y cautelosos, no podía sorprender al Che, que conocía perfectamente bien su mentalidad por haberlos tratado en otras ocasiones, y sabía que para ganarlos a su causa se requería una labor prolongada, ardua y paciente, pero no albergaba ninguna duda de que a la larga lo obtendría.
Si se sigue con cuidado el hilo de los acontecimientos se verá que aun cuando el número de hombres con que contaba en el mes de septiembre, algunas semanas antes de su muerte, era muy reducido, todavía la guerrilla mantenía su capacidad de desarrollo y algunos cuadros bolivianos, como los hermanos Inti y Coco Peredo, se iban ya destacando con magníficas perspectivas de jefes. Fue la emboscada de Higueras, única acción exitosa del ejército contra el destacamento que mandaba el Che, matándole la vanguardia e hiriéndole varios hombres más en pleno día, cuando se trasladaban a una zona campesina de mayor desarrollo político —objetivo este que no aparece consignado en el Diario, pero que se sabe por los sobrevivientes—, lo que les creó una situación insuperable. Ese avance de día por la misma ruta que venían siguiendo durante varias jornadas en inevitablemente amplio contacto con los moradores de aquella zona que cruzaban por primera vez, y la obvia certeza de que el ejército debería interceptarlos en algún punto, era sin duda peligroso. Pero el Che, plenamente consciente de esto, decidió correr el riesgo para ayudar al médico que venía en muy mal estado físico.
El día anterior a la emboscada, escribe: “Llegamos a Pujio, pero allí había gente que nos había visto abajo el día anterior, vale decir: estamos siendo previstos por Radio Bemba...” “El caminar en mulo se hace peligroso, pero trato que el médico vaya lo mejor posible pues viene muy débil”.
Al día siguiente escribió: “A las 13 salió la vanguardia para tratar de llegar a Jagüey y allí tomar una decisión sobre las mulas y el médico”. Es decir, buscaba una solución para el enfermo, a fin de abandonar aquella ruta y tomar las precauciones necesarias. Pero aquella misma tarde, antes de que la vanguardia llegara a Jagüey se produjo la fatal emboscada que llevó al destacamento a una situación insostenible.
Días después, cercado en la quebrada del Yuro, libró su último combate. Impresiona profundamente la proeza realizada por este puñado de revolucionarios. La sola lucha contra la naturaleza hostil en que desenvolvían su acción constituye una insuperable página de heroísmo. Nunca en la historia un número tan reducido de hombres emprendió una tarea tan gigantesca. La fe y la convicción absoluta en que la inmensa capacidad revolucionaria de los pueblos de América Latina podía ser despertada, la confianza en sí mismo y la decisión con que se entregaron a ese objetivo, nos da la justa dimensión de estos hombres.
Che dijo un día a los guerrilleros en Bolivia: “Este tipo de lucha nos da la oportunidad de convertirnos en revolucionarios, el escalón más alto de la especie humana, pero también nos permite graduarnos de hombres; los que no puedan alcanzar ninguno de estos dos estadios deben decirlo y dejar la lucha”.
Los que con él lucharon hasta el final se hicieron acreedores a estos honrosos calificativos. Ellos simbolizan el tipo de revolucionarios y de hombres a quienes la historia en esta hora convoca para una tarea verdaderamente dura y difícil: la transformación revolucionaria de América Latina.
El enemigo que enfrentaron los próceres de la primera lucha por la independencia, era un poder colonial decadente. Los revolucionarios de hoy tienen por enemigo al baluarte más poderoso del campo imperialista, equipado con la técnica y la industria más moderna. Ese enemigo no sólo organizó y equipó de nuevo un ejército en Bolivia, donde el pueblo había destruido la anterior fuerza militar represiva y le brindó inmediatamente el auxilio de sus armas y asistentes militares para la lucha contra la guerrilla, sino que brinda su aporte militar y técnico en la misma medida a todas las fuerzas represivas de este continente. Y cuando no bastan esas medidas, interviene directamente con sus tropas, como hizo en Santo Domingo.
Para luchar contra ese enemigo se requiere el tipo de revolucionarios y de hombres de que habló el Che. Sin ese tipo de revolucionarios y de hombres, dispuestos a hacer lo que ellos hicieron; sin el ánimo de enfrentarse a enormes obstáculos que ellos tuvieron; sin la decisión de morir que a ellos los acompañó en todo instante; sin la convicción profunda de la justicia de su causa y la fe inconmovible en la fuerza invencible de los pueblos que ellos albergaron, frente a un poder como el imperialismo yanqui, cuyos recursos militares, técnicos y económicos, se hacen sentir en todo el mundo, la liberación de los pueblos de este continente no sería alcanzada.
El propio pueblo norteamericano, que empieza a tomar conciencia de que la monstruosa superestructura política que rige su país no es ya hace mucho rato la idílica república burguesa que sus fundadores establecieron hace casi doscientos años, está sufriendo en un grado cada vez más alto la barbarie moral de un sistema irracional, enajenante, deshumanizado y brutal, que cobra en el pueblo norteamericano cada vez más víctimas de sus guerras agresivas, sus crímenes políticos, sus aberraciones raciales, su mezquina jerarquización del ser humano y el repugnante derroche de recursos económicos, científicos y humanos de su desmesurado aparato militar, reaccionario y represivo, en medio de un mundo en sus tres cuartas partes subdesarrollado y hambriento.
Pero sólo la transformación revolucionaria de América Latina permitiría al pueblo de Estados Unidos ajustar sus propias cuentas con ese mismo imperialismo, a la vez que en la misma medida la lucha creciente del pueblo norteamericano contra la política imperialista podría convertirlo en aliado decisivo del movimiento revolucionario en América Latina.
Y si esta parte del hemisferio no sufre una profunda transformación revolucionaria, la enorme diferencia y desequilibrio que se produjo a principios de este siglo entre la pujante nación que se industrializaba rápidamente, al mismo paso que marchaba por la propia ley de su dinámica social y económica hacia cumbres imperiales, y el haz de países débiles y estancados, sometidos a la coyunda de oligarquías feudales y sus ejércitos reaccionarios, en el balcanizado resto del continente americano, será apenas un pálido reflejo no ya del enorme desnivel actual en la economía, en la ciencia y en la técnica, sino del espantoso desequilibrio que, a pasos cada vez más acelerados, en veinte años más, la superestructura imperialista impondrá a los pueblos de América Latina.
Por ese camino estamos llamados a ser cada vez más pobres, más débiles, más dependientes y más esclavos de ese imperialismo. Esta sombría perspectiva afecta en grado igual a los pueblos subdesarrollados de África y Asia.
Si las naciones industrializadas e instruidas de Europa, con su Mercado Común y sus instituciones científicas supranacionales, se inquietan ante las posibilidades de quedarse rezagadas y contemplan con temor la perspectiva de convertirse en colonias económicas del imperialismo yanqui, ¿qué le depara el futuro a los pueblos de América Latina?
Si frente al cuadro de esta situación real e incuestionable, que decisivamente afecta al destino de nuestros pueblos, algún liberal o reformista burgués, o seudorrevolucionario charlatán, incapaz de la acción, tiene una respuesta que no sea una profunda y urgente transformación revolucionaria que pueda hacer acopio de todas las fuerzas morales, materiales y humanas de esta parte del mundo y lanzarlas hacia adelante, para recuperar el atraso económico y científico-técnico de siglos, cada vez mayor, con el mundo industrializado, del que somos tributarios y lo seremos cada vez más, y en especial de Estados Unidos; y además de la fórmula, el camino mágico de llevarla a cabo, diferente a la concebida por el Che, que barra oligarquías, déspotas, politicastros, es decir: criados, y a monopolios yanquis, es decir: amos, y lo haga con toda la urgencia que las circunstancias requieren, que levante entonces la mano para impugnar al Che.
Como realmente ninguno tiene respuesta honrada ni acción consecuente que implique una esperanza real a los casi 300 millones de seres humanos que componen la población de América Latina, desoladoramente pobres en su abrumadora mayoría, que serán 600 millones a la vuelta de 25 años, y que tienen derecho a la vida material, la cultura y la civilización, entonces lo más decoroso sería el silencio ante el gesto del Che y los que con él cayeron defendiendo sus ideas con coraje, porque la hazaña que este puñado de hombres realizó, guiados por el noble ideal de redimir un continente, quedará como la prueba más alta de lo que pueden la voluntad, el heroísmo y la grandeza humanas. Ejemplo que iluminará las conciencias y presidirá la lucha de los pueblos de América Latina, porque el grito heroico del Che llegará hasta el oído receptivo de los pobres y explotados por los que él dio su vida, y muchos brazos se tenderán para empuñar las armas y conquistar su definitiva liberación.
El 7 de octubre escribió el Che sus últimas líneas. Al día siguiente, a las 13 horas, en una estrecha quebrada donde se proponía esperar la noche para romper el cerco, una numerosa tropa enemiga hizo contacto con ellos. El reducido grupo de hombres que componían en esa fecha el destacamento, combatió heroicamente hasta el anochecer desde posiciones individuales ubicadas en el lecho de la quebrada y en los bordes superiores de la misma contra la masa de soldados que los rodeaban y atacaban. No hay ningún sobreviviente de los que combatieron en las posiciones más próximas al Che. Como junto a él estaban el médico, cuyo grave estado de salud se ha señalado antes y un guerrillero peruano también en muy malas condiciones físicas, todo parece indicar que el Che hizo el máximo para proteger la retirada a lugar más seguro, de esos compañeros, hasta caer herido. El médico no fue muerto en ese mismo combate, sino varios días más tarde, en un punto no distante de la quebrada del Yuro. Lo abrupto del terreno rocoso e irregular hacía muy difícil y a veces imposible el contacto visual de los guerrilleros entre sí. Los que defendían la posición por la otra entrada de la quebrada a varios cientos de metros del Che, entre ellos Inti Peredo, resistieron el ataque hasta el oscurecer en que lograron despegarse del enemigo y dirigirse hacia el punto previamente acordado de concentración.
Se ha podido precisar que el Che estuvo combatiendo herido hasta que el cañón de su fusil M-2 fue destruido por un disparo, inutilizándolo totalmente. La pistola que portaba estaba sin “magazine”. Estas increíbles circunstancias explican que lo hubiesen podido capturar vivo. Las heridas de las piernas le impedían caminar sin ayuda, pero no eran mortales.
Trasladado al pueblo de Higueras permaneció con vida alrededor de 24 horas. Se negó a discutir una sola palabra con sus captores, y un oficial embriagado que intentó vejarlo recibió una bofetada en pleno rostro.
Reunidos en La Paz, Barrientos, Ovando y otros altos jefes militares, tomaron fríamente la decisión de asesinarlo. Son conocidos los detalles de la forma en que procedieron a cumplir el alevoso acuerdo en la escuela del pueblo de Higueras. El mayor Miguel Ayoroa y el coronel Andrés Selnich, rangers entrenados por los yanquis, instruyeron al sub-oficial Mario Terán para que procediera al asesinato. Cuando éste, completamente embriagado, penetró en el recinto, Che —que había escuchado los disparos con que acababan de ultimar a un guerrillero boliviano y otro peruano— viendo que el verdugo vacilaba le dijo con entereza: “¡Dispare! ¡No tenga miedo!” Éste se retiró, y de nuevo fue necesario que los superiores Ayoroa y Selnich le repitieran la orden, que procedió a cumplir, disparándole de la cintura hacia abajo una ráfaga del metralleta. Ya había sido dada la versión de que el Che había muerto varias horas después del combate y por eso los ejecutores tenían instrucciones de no disparar sobre el pecho ni la cabeza, para no producir heridas fulminantes. Esto prolongó cruelmente la agonía del Che, hasta que un sargento —también ebrio— con un disparo de pistola en el costado izquierdo lo remató. Tal proceder contrasta brutalmente con el respeto del Che, sin un sola excepción, hacia la vida de los numerosos oficiales y soldados del ejército boliviano que hizo prisioneros. Las horas finales de su existencia en poder de sus despreciables enemigos tienen que haber sido muy amargas para él; pero ningún hombre mejor preparado que el Che para enfrentarse a semejante prueba.
La forma en que llegó a nuestras manos este Diario no puede ser ahora divulgada; baste decir que fue sin mediar remuneración económica alguna. Contiene todas las notas que escribió desde el 7 de noviembre de 1966, día en que el Che llegó a Ñancahuazú, hasta el 7 de octubre de 1967, vísperas del combate de la quebrada del Yuro. Faltan sólo unas pocas páginas que no han llegado todavía a nuestro poder, pero que por corresponder a fechas en que no tuvieron lugar hechos de importancia, no altera en absoluto el contenido del mismo.
Aunque el documento por sí mismo no ofrecía la menor duda acerca de su autenticidad, todas las copias fotostáticas fueron sometidas a un riguroso examen a fin de comprobar no sólo dicha autenticidad sino incluso cualquier posible alteración, por pequeña que fuese. Los datos fueron además cotejados con el Diario de unos de los guerrilleros sobrevivientes, coincidiendo ambos documentos en todos los aspectos. El testimonio pormenorizado de los demás guerrilleros sobrevivientes que fueron testigos de cada uno de los acontecimientos, contribuyó asimismo a la comprobación. Se llegó a la más absoluta certeza de que todas las fotografías eran copia fiel del Diario del Che.
Constituyó una fatigosa tarea desentrañar la letra pequeña y difícil de la escritura, lo que se realizó con la participación laboriosa de su compañera Aleida March de Guevara.

¡Hasta la victoria siempre!
Fidel Castro

sábado, 5 de março de 2011

Monumento à Che Chevara.
Santa Clara, Cuba.

El Memorial


Está bien, Santa Clara,
De acuerdo:
Aunque la libertad de creación
Merece todo mi respeto
Quisiera sugerirle al escultor amigo
Teniendo en cuenta que ha de ser mi monumento
Que diseñe un lugar para el combate
Por la causa del pueblo,
Una trinchera,
Más bien un campamento,
Un sitio de batalla
Donde no habrá reposo ni en paz descanse
Para el guerrillero.
Advierto, desde ahora,
Que he de tener a mi mano un fusil
Y que he de estar despierto
Para espantar plegarias
Y lágrimas y ruegos,
Promesas y amuletos,
Milagros y oraciones,
Porque no soy un santo
Ni estoy muerto.
Llévenme resultados
Surcos de fuego, cañas cortadas,
Fábricas que se abren,
Aulas colmadas,
Trabajo voluntario,
Semillas que germinan,
Sonrisas y alboradas,
Poemas y canciones,
Y patrias liberadas.
Al enemigo solo el hierro y la bala.
Está bien, Santa Clara,
¡De acuerdo!
Es un buen sitio
Para echar a andar
De nuevo
Mis guerrilleros huesos. 

Enrique Núñez Rodríguez